El perro despide a su dueño II

Vertumno (Fragmento)
J. Brodsky versión de Camozzi &Cassara

         XIV


No tengo con qué trenzar una corona
para adornar tu frente fría como se debe
al término de este año excepcionalmente seco.
En un departamento decorado sin gusto pero enorme,
como un perro que de pronto perdió a su pastor,
me puse en cuatro patas y con mis garras
la emprendí contra el parqué, como si debajo se escondiera
-porque es desde ahí que esa calidez emana-
tu existencia actual. Desde el fondo del pasillo,
se oye un traqueteo de platos. Bajo la puerta cerrada,
el aire gélido se espesa en un crujir incesante de vestidos.
"Vertumno", digo en un susurro apretando la mejilla húmeda
contra las tablas amarillas del piso. "Volvé, Vertumno, volvé."



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